Me di cuenta de que este libro presenta una panorámica de todos los aspectos que se pueden tratar desde la perspectiva pragmática, sociolingüística y textual, y que podría ser un indispensable complemento a la enseñanza del sistema de la lengua. Creo que el apoyo de un manual es muy valioso para los estudiantes universitarios que se inician en este ámbito y que el profesorado puede así dedicar su tiempo de clase a completar y fundamentar, a fomentar la discusión, a aplicaciones prácticas, y a la continuada puesta al día sobre esta base inicial.
Las cosas del decir es uno de los primeros libros escritos originalmente en castellano que ofrece una visión general del análisis del discurso e integra no sólo teorías y enfoques de las corrientes más fuertes de esta multidisciplina, sino que también destaca el trabajo teórico e investigativo que en el mundo hispanoparlante se está produciendo con gran calidad y originalidad.
Las 386 páginas del manual están organizadas en tres partes:
1° La primera parte se inicia con un capítulo, en el cual, se expone la noción de discurso, descrito por las autoras como una práctica social, es decir, como sustancia esencial e instrumento creador de la sociedad. Dejan en claro que analizar esta forma de acción societaria sólo es posible a partir del estudio del uso de la lengua en un contexto específico. La lengua ofrece al hablante variadas posibilidades para comunicarse y estas opciones, a su vez, están determinadas por los propósitos y características de los interlocutores, así como la situación en la que se produce la interacción. Seguidamente, presentan las principales unidades de análisis que permiten el estudio de las prácticas discursivas y hacen un completo recorrido por las diferentes disciplinas de las ciencias humanas y sociales implicadas en el análisis del discurso: antropología lingüística, etnografía de la comunicación, sociología, interaccionismo simbólico, etnometodología, análisis de la conversación, sociolingüística interaccional, psicolingüística, filosofía, pragmática, lingüística (funcional y textual), la retórica y la denominada nueva retórica. Calsamiglia y Tusón no dejan espacio para la duda en la determinación de una de las principales características del análisis del discurso: la interdisciplinariedad. Algo relativamente nuevo en las ciencias sociales y que ha colaborado para que, poco a poco, desaparezca en ámbitos académicos y profesionales ese recelo “natural” que existía entre las distintas disciplinas que estudian el lenguaje.
Este primer capítulo concluye con un nuevo recorrido, esta vez por los principales investigadores, quienes desde distintos enfoques y disciplinas han contribuido con la publicación de sus trabajos al fortalecimiento de las bases del análisis del discurso: Gumperz (1982), Bronckart (1985), Edmonson (1981), Brown y Yule (1983), Lavandera (1985), Van Dijk (1997), Newmeyer (1988), Kerbrat-Orecchioni (1990, 1992, 1994), McCarthy y Carter (1994), Schiffrin (1994), Fairclough (1989, 1994), entre otros.
Tal vez el segundo capítulo de la primera parte de “Las cosas del decir” presta la atención al discurso oral. Aun cuando otros textos sobre análisis del discurso enfatizan la prioridad o prevalencia de la oralidad y sugieren métodos para el análisis del habla, las autoras españolas apoyan su exposición en datos extraídos de corpus auténticos de habla castellana, recopilados por el Centro de Análisis del Discurso (CAD), el cual es coordinado precisamente por Amparo Tusón. Tanto en este capítulo 2 como en el 3 (El discurso escrito), las autoras explican por separado, pero con la clara intención de establecer una comparación, las características de las dos modalidades de realización discursiva: la oralidad y la escritura. Describen en estas dos secciones las diversas situaciones de enunciación, sus principales prácticas discursivas, cómo se adquiere la competencia oral y escrita, los elementos de cada una y sus características. Ciertamente, estos dos capítulos son indispensables para que el iniciado conozca las dos manifestaciones fundamentales del discurso, con lo cual, junto con las corrientes, teorías, escuelas y unidades de análisis aportadas al principio, pueda configurarse un camino claro para emprender sus primeras observaciones.
2° La segunda parte del libro se estructura en cuatro capítulos que abordan por separado elementos esenciales para el análisis del discurso: El contexto (cap. 4); Las personas del discurso (cap. 5); Las relaciones interpersonales, la cortesía y la modalización (cap. 6); y, por último, Los fines discursivos y los procesos de interpretación (cap. 7).
En la primera sección de esta parte, para explicar la importancia del contexto en el análisis del discurso, Calsamiglia y Tusón presentan el concepto desde las diferentes perspectivas o teorías, las cuales, en este caso dan preeminencia a los elementos contextuales para el estudio de las interacciones verbales. Así podemos conocer gradualmente como la antropología, la lingüística, la pragmática y, por último, el análisis del discurso, toman en cuenta el contexto para sus investigaciones. Asimismo, en el capítulo 5, se percibe la importancia dada al sujeto, no sólo en la producción y recepción del discurso, sino también como su protagonista principal. En este apartado se reflexiona sobre la inscripción de la persona en el texto (sujeto ausente, yo, tú, uno mismo, el otro) y la polifonía de voces (el discurso referido). Seguidamente, resulta interesante como, en el capítulo 6, se aborda progresivamente el estudio de la cortesía, partiendo de la noción de imagen de Goffman, pasando por el principio de cooperación conversacional de Grice (1975) y el principio de cortesía de Leech (1983), hasta llegar, a juicio “arriesgado” de las autoras, a la “teoría más elaborada sobre la cortesía”: la de Brown y Levinson (1978, 1987); cerrando el segmento con una breve explicación del fenómeno discursivo que se refiere a cómo se dicen las cosas: la modalidad. Por último, la segunda parte del texto concluye con el capítulo dedicado a las intenciones de los hablantes. ¿Cómo se manifiestan las intenciones el emisor? y ¿Cómo el receptor las percibe y las interpreta?, son dos interrogantes que Calsamiglia y Tusón intentan develar en este último apartado. Para ello, establecen las diferencias entre significado gramatical y significado discursivo pragmático, y significado explícito e implícito, a la vez que explican conceptos importantes de la pragmática lingüística como inferencias, finalidades, negociación del significado, presuposiciones, conocimiento compartido y actos de habla. Retoman el principio de cooperación de Grice (1975) para describir las implicaturas en la interacción verbal y cierran con el denominado principio de relevancia o pertinencia de Sperber y Wilson (1986).
3° La tercera parte del libro está dedicada a los mecanismos de organización discursiva y textual. En el capítulo 8 se atienden dos de los denominados criterios de la textualidad de Beaugrande y Dressler (1981): la coherencia y la cohesión. La sección siguiente (cap. 9) se centra en una discusión siempre pendiente en los estudios del discurso: la posibilidad de establecer tipologías textuales. Bajo el nombre de Los géneros discursivos y las secuencias textuales, dicho capítulo resuelve la polémica al ofrecer una vez más un panorama del término desde diversas perspectivas teóricas. Así, vemos distintas clasificaciones de los géneros discursivos, como por ejemplo aquellas que provienen de la retórica aristotélica, de la teoría literaria, de las funciones y usos lingüísticos (Bajtín, 1979), del modelo secuencial (Adam, 1992), entre otras. Luego de presentar, en el capítulo 10, los principales modos de organización del discurso a partir de la estructura secuencial y la función social de los textos (narración, descripción, argumentación, explicación y diálogo), el texto concluye con un capítulo (Decir el discurso: Los registros y los procedimientos retóricos) dedicado a la variación textual, es decir, las posibilidades con que cuenta el hablante para comunicarse, las cuales, a pesar de ser infinitas, dependerán de la situación, propósitos y finalidades de los participantes en la interacción verbal.
Por último, Las cosas del decir, en un interesante apéndice, le obsequia al iniciado la posibilidad de conocer de manera muy cercana cómo se obtienen, transcriben, organizan y trabajan los datos para una investigación propia del análisis del discurso. Una vez más, las autoras brindan un especial interés a la oralidad y en el inicio de este apartado describen cómo se manejan los datos de esa expresión de la textualidad. Singular atención merece la aportación de diversas convenciones y criterios para la transcripción oral, la incorporación de elementos no verbales, comentarios, la elaboración de fichas, entre otros.
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1 commento:
http://www.fileserve.com/file/mAKSqkw/Calsamiglia_y_Tusónred.pdf
Para el que lo necesite. Au revoir!
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